La acción por el clima (ODS 13): mitigando los efectos del cambio climático y sus impactos


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Combatir el cambio climático y sus impactos es una tarea monumental que requiere de una profunda actualización de nuestro sistema económico, altamente dependiente de fuentes energéticas fósiles, hacia uno que entregue orgánicamente los incentivos necesarios para transitar rápidamente hacia una nueva economía verde.

Si, el clima está cambiando rápidamente y de forma dramática. 2023 es el año más caliente jamás registrado, lo que produce no sólo olas de calor, incendios y sequías, sino que también huracanes, tormentas e inundaciones que destruyen todo a su paso.

¿Qué es la acción por el clima (ODS 13)?

La acción por el clima es uno de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS 13) de la ONU, e implica adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos en línea con el Acuerdo de París, el cual fue adoptado en 2015 por la gran mayoría de los países, los que se comprometieron a trabajar activamente en limitar la temperatura global bajo los 2ᵒC con respecto a la época preindustrial, y haciendo todos los esfuerzos para que no supere los 1,5ᵒC. Las medidas necesarias para lograr el ODS 13 involucran reducir los gases de efecto invernadero (mitigación climática) y/o tomar acción para prepararse y ajustarse a los efectos actuales y futuros del cambio climático (adaptación climática).

Compliance

En este contexto, la mayoría de los gobiernos mundiales ha comprometido planes de transición climática que progresivamente irán permeando los marcos regulatorios y legales regionales y globales que tendrán consecuencias importantes para las empresas, tales como riesgos de mercado, legales, tecnológicos y reputacionales, cuyos impactos financieros los inversionistas y accionistas crecientemente exigen conocer. Así, algunas agencias regulatorias del mercado financiero, tales como la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) de Chile, la Securities Exchange Comission (SEC) de los Estados Unidos, así como el Parlamento Europeo y el Reino Unido han publicado nuevos marcos regulatorios – algunos en proceso de finalización de su versión final – que permiten a inversionistas y accionistas conocer las medidas de mitigación y adaptación climática actuales y futuras de las empresas abiertas que cotizan en bolsa, lo cual está provocando un efecto dominó en las empresas que son parte de su cadena de valor.

En términos simples, las empresas reguladas deben informar abiertamente en su memoria financiera anual sobre cuáles son los riesgos climáticos materiales, cómo los identifican, qué impacto potencial podrían tener, qué medidas está tomando la empresa para mitigarlos, cuál es la estructura de gobernanza establecida para desarrollar, impulsar y supervisar el avance de la estrategia climática, cuáles son las metas de descarbonización y cuál es el avance hacia su cumplimiento.

En suma, los grupos de interés quieren saber qué tan expuesta está la empresa ante los efectos del cambio climático. Estos son elementos cada vez más prioritarios para inversionistas y accionistas de largo plazo, tales como fondos de pensiones, gestores de capital y otros actores relevantes, los que reconocen el impacto que tiene el cambio climático en su cartera de inversiones, y que cuentan con los recursos e influencia necesarios para facilitar la transición hacia una economía verde.

Así, empresas de todos los sectores económicos están sujetos a múltiples requerimientos de compliance, ya sea directa o indirectamente, lo cual les exige contar con una estrategia de acción climática efectiva y robusta que les permita cumplir con las expectativas de sus clientes, inversionistas, empleados y otros grupos de interés.

Diseñando un plan de acción por el clima (ODS 13)

Al diseñar un plan de acción por el clima (ODS 13) para el corto, mediano y largo plazo es crucial tomar en consideración cuáles son los requerimientos de los grupos de interés clave, junto con identificar cuál es el estado de madurez de la empresa en aspectos de gobernanza, estrategia y gestión climática.

Por ejemplo, un cliente puede estar solicitando que sus proveedores calculen anualmente sus emisiones de carbono aguas arriba, y que se los informe a mediados del año siguiente, con el objeto de usar esa información como parte de la huella de carbono de su cadena de valor. Otros mandantes pueden solicitar que su empresa incorpore otros aspectos de la acción por el clima (ODS 13), como calcular la huella de carbono de sus productos, o establecer metas de reducción basadas en ciencia (SBTs) de las emisiones de carbono corporativas.

Ejemplo de un plan de acción por el clima (ODS 13) de alto nivel hasta el año 2030.

Para asegurar una progresión orgánica en los esfuerzos ODS 13 de mitigación y adaptación esperados por sus grupos de interés, su empresa debiese diseñar e implementar un plan de acción climática en 6 pasos. Esto incluye realizar un diagnóstico inicial, calcular anualmente la huella de carbono, preparar un plan de descarbonización, gestionar los riesgos y oportunidades climáticas, redactar un plan de transición cada 3 años y comunicar anualmente el desempeño climático a los grupos de interés.


Autor:

Ricardo Torres

Ricardo Torres es el director de cambio climático en CarboAmbiente. Tiene más de 13 años de experiencia en sustentabilidad ambiental y ha liderado cientos de proyectos trabajando con múltiples sectores económicos en Latinoamérica y Estados Unidos.


Huella de carbono de empresas: ¿cómo se calcula?

Huella de carbono de empresas: ¿cómo se calcula?

La huella de carbono de empresas es la principal métrica que existe para medir el avance de la acción por el clima y permite que las empresas comprendan el impacto de sus fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

La huella de carbono de empresas es conocida coloquialmente como inventario de emisiones de GEI, y permite manejar los riesgos asociados al cambio climático, identificar las principales oportunidades de descarbonización, y cuantificar la reducción del impacto climático de la empresa en el tiempo.

La metodología más usada en el mundo es la Greenhouse Gas Protocol (GHGP) Corporate Standard, la cual debe ser complementada con la GHGP Scope 2 Guidance, la GHGP Corporate Value Chain (Scope 3) Standard y la GHGP Scope 3 Guidance. Existe también un set de metodologías ISO basadas en la suite GHGP, como la ISO 14064-1 y la NCh 14064-1, junto a otras metodologías específicas para el cálculo de emisiones sectoriales, ciudades, proyectos y productos, así como para la auditoría parte de los inventarios de emisiones.

¿Por qué calcular la huella de carbono de empresas?

Al calcular las emisiones de cada fuente de emisiones de GEI es posible cuantificar el impacto relativo de cada una de ellas para enfocar los esfuerzos de descarbonización. Es un paso crítico en la acción por el clima, y permite monitorear las emisiones en el tiempo, compararse con pares clave y comunicar los avances a los grupos de interés.

A nivel regional y mundial, diversos esquemas regulatorios obligan a miles de empresas a reportar su desempeño climático anualmente, lo que a su vez genera un efecto dominó en su cadena de valor. Así, lo más probable es que su empresa deba comenzar a pensar en cuál será su plan de acción climática hacia adelante para asegurar su resiliencia en la nueva economía baja en emisiones de carbono.

La mayoría de los gobiernos mundiales ha comprometido planes de transición climática que progresivamente irán permeando los marcos regulatorios y legales regionales y globales que tendrán consecuencias importantes para las empresas, tales como riesgos de mercado, legales, tecnológicos y reputacionales, cuyos impactos financieros los inversionistas y accionistas crecientemente exigen conocer. Así, algunas agencias regulatorias del mercado financiero, tales como la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) de Chile, la Securities Exchange Comission (SEC) de los Estados Unidos, así como el Parlamento Europeo y el Reino Unido han publicado nuevos marcos regulatorios – algunos en proceso de finalización de su versión final – que permiten a inversionistas y accionistas conocer las medidas de mitigación y adaptación climática actuales y futuras de las empresas abiertas que cotizan en bolsa.

¿Qué significan los diferentes alcances de la huella de carbono de empresas?

Alcance 1 – Emisiones producidas por fuentes estacionarias y móviles propias o controladas, tales como hornos, calderas, grupos generadores y vehículos. Además, se incluyen fugas accidentales de GEIs, tales como pérdidas de refrigerantes usados en los sistemas de aire acondicionado, así como GEIs producidos por reacciones químicas o biológicas, tales como la producción de metano en biorreactores propios.

Alcance 2 – Emisiones indirectas asociadas a la generación de energía comprada. Las emisiones son producidas directamente en el lugar donde fue generada la energía, pero la empresa debe contar estas emisiones como indirectas al ser la usuaria final. La energía adquirida más común es la electricidad, y es importante considerar factores de emisión apropiados tanto para la zona o región donde están ubicadas las instalaciones, como también el tipo de método de reporte usado, que puede estar basado en la ubicación o en los instrumentos de mercados utilizados, tales como los certificados de energía renovable (REC), los que revisaremos más adelante.

Alcance 3 – Se incluyen otras emisiones indirectas de la cadena de valor. Dependiendo del tipo de cadena de valor, hay 15 categorías que deben ser evaluadas para identificar aquellas que son relevantes, tales como:

  • Bienes y servicios adquiridos
  • Viajes de negocios
  • Emisiones financiadas (inversiones)
  • Uso de los productos
  • Desechos generados en las operaciones
  • Transporte aguas arriba y aguas abajo
  • Activos arrendados
  • Franquicias
  • Traslado de empleados al trabajo

¿Cómo se calcula la huella de carbono de empresas?

Normalmente determinamos empíricamente la huella de carbono de empresas al multiplicar un dato de actividad por el factor de emisión correspondiente, que nos dará la conversión de cuántos GEIs se produjeron por actividades tales como la quema de combustible, el consumo de electricidad, la exportación marítima de bienes, o por un viaje aéreo a un país vecino. Estos factores de emisión se pueden encontrar en diversas fuentes gratuitas y pagadas, tales como el Ministerio de Energía de Chile, GHG Protocol, EPA, DEFRA, EIA, IEA, Ecoinvent, entre otros.

Es importante notar que la huella de carbono de empresas se calcula en kilógramos o toneladas métricas de dióxido de carbono equivalente (CO2e). Para ello, se debe multiplicar la cantidad de cada GEI por su correspondiente Potencial de Calentamiento Global (PCG), el cual es un factor publicado periódicamente por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) que describe el impacto que tiene el forzamiento radiativo (grado de daño a la atmósfera) de una unidad de GEI dado en relación con una unidad de dióxido de carbono.

Ejemplo 1

La empresa ficticia Antimax generó durante el año 122.500 kilógramos de CO2, 100 kilógramos de metano (CH4) y 15 kilógramos de óxido nitroso (N2O). Calcule la cantidad de CO2e.

El PCG del CO2 es 1, por lo que se produjeron 122.500 kilógramos de CO2. EL PCG del CH4 es aproximadamente 28, por lo que se produjeron 2.800 kilógramos de CO2e. El PCG del N2O es 273, produciéndose 4.095 kilógramos de CO2e. Al sumar el aporte de los tres GEIs, el total es 129.395 kilógramos de CO2e.

Ejemplo 2

¿Cuántas emisiones de GEI se producen por la quema de 2.000 kWh de electricidad consumidas en Argentina durante el año 2021?

Si buscamos el factor de emisión de la base de la Agencia Internacional de Energía (IEA), este es 0,29 kilógramos de CO2e por cada kWh de electricidad consumida. Al multiplicar, calculamos que las emisiones son 580 kilógramos de CO2e.

Este proceso se repite con todas las fuentes de emisiones alcances 1, 2 y 3 para crear un inventario de emisiones de GEI identificando las emisiones totales de CO2e emitidas durante las operaciones de una empresa.

En general, las emisiones más fáciles de calcular son las emisiones alcance 1 y 2, mientras que las emisiones alcance 3 son más difíciles de determinar. Éstas suelen representar la mayoría de la huella de carbono de empresas, y por ello éstas deben priorizar las fuentes de emisiones de GEI más relevantes. De acuerdo con GHGP, las emisiones alcance 3 se pueden consolidar en 15 categorías distintas agrupadas en emisiones aguas arriba y aguas abajo de la cadena de valor.

Para el cálculo de la huella de carbono de empresas se pueden usar planillas Excel disponibles online o desarrolladas específicamente para cada empresa considerando su perfil de fuentes de emisiones. Asimismo, existen numerosas plataformas y softwares online disponibles, aunque su alto costo suele ser una barrera de entrada significativa.

Reporte de la huella de carbono de empresas

La huella de carbono de empresas debe incluir al menos las emisiones alcances 1 y 2. Sin embargo, es altamente recomendable que se identifiquen y calculen las emisiones alcance 3 materiales. Para determinar su materialidad, se pueden realizar cálculos de alto nivel o entrevistas con informantes clave para determinar cuáles son las categorías que no aplican, y cuáles son aquellas que son irrelevantes, las que pueden ser excluidas del inventario.

Es común preparar un Plan de Manejo de Inventario (PMI), el cual describe la metodología y las fuentes usadas, los mecanismos y procedimientos usados para levantar y revisar los datos, estimar y excluir emisiones, bonos de carbono e instrumentos de mercado, entre otros. El PMI puede ser redactado separadamente del reporte de emisiones, o ser parte de éste.

Los resultados de la huella de carbono de empresas son usados como métricas anuales o trimestrales en reportes tales como reportes de sustentabilidad, memoria financiera y memoria integrada, así como también puede ser divulgado en plataformas sectoriales o internacionales, tales como CDP.

Pasos siguientes

Una vez establecido el perfil de emisiones de la huella de carbono de empresas de un año base es una buena práctica verificar los resultados usando los servicios de un ente externo de reconocida experiencia y prestigio. Luego, es posible fijar metas de reducción de emisiones que estén basadas en ciencia de acuerdo a los criterios de Science Based Targets Initiative (SBTi), analizar las potenciales medidas de eficiencia energética disponibles, desarrollar curvas de abatimiento que indiquen el costo e impacto en la reducción de emisiones de las posibles medidas, y luego delinear una hoja de ruta de descarbonización que indique las principales actividades a implementar, sus costos e impactos aproximados y cuándo éstas serán aplicadas.


Autor:

Ricardo Torres

Ricardo Torres es el director de cambio climático en CarboAmbiente. Tiene más de 13 años de experiencia en sustentabilidad ambiental y ha liderado cientos de proyectos trabajando con múltiples sectores económicos en Latinoamérica y Estados Unidos.